Rab Iehuda
Halevi o Judá Leví, nacido en Tudela (Navarra) sobre el 1070-1075 y muerto en
Jerusalem sobre el 1141 fue uno de los poetas judíos mas excelsos de la
literatura hispanohebrea, aunque hoy me voy a referir a otra obra suya El
Kuzari, donde encontré un interesante párrafo que me llamo la atención y tengo
interés en comentar con vosotros.
En
su famoso libro, Judá Leví es consultado por un rey, en los siguiente términos
“¿Por qué otras religiones ofrecen
muchas mas promesas y descripciones del cielo y del mundo por venir que las que
se encuentran en la Torá? Judá responde que esas religiones no tienen otra
opción más que enfatizar el mundo después de la muerte; de este modo nadie
puede desafiar cualquier cosa que digan. Además, piensan que hay muy poco que
pueden ofrecer en este mundo. La Torá, sin embargo no tiene necesidad de
retrasar sus promesas hasta el mundo venidero. Su énfasis es en este mundo
porque tiene mucho que ofrecer aquí. Puede, por lo tanto, darse el lujo de
hablar poco del mundo por venir. La Torá nos desafía a elevar este mundo hasta
la perfección, para crear el Reino de Di-s aquí, en la Tierra.
Cuando
los judíos perdieron su templo y fueron condenados a la diáspora sintieron como
la Shejiná (el espíritu de la divinidad) les abandonaba ya que destruyeron el único
lugar de a tierra donde la presencia de Di-s y los milagros eran vistos y
sentidos por todos, y a medida que el exilio continuó más lejos parecía la
fuente básica de la espiritualidad. La Shejiná parecía más y más lejana.
¿Cuál
es la labor hoy en día? No es solo esperar que nuestro espíritu se una en el
cielo con nuestro Creador, si no el hacer de este mundo un lugar para que el
Creador se una con nosotros, aquí con su pueblo.
Para
los católicos, Di-os se reencarnó en la figura de su hijo, y por eso muchas
personas hablan de la vida en este mundo como un lugar de paso y de sacrificio
para ganarnos esa parcelita en el cielo, que para un católico es un buen
incentivo o aliciente, pero y ¿para los que no son creyentes?
Hay
muchas personas que son ateos, agnósticos o simplemente humanistas, que si bien
no creen en la opción de un más allá con una recompensa en el cielo, realizan
la misma labor que un buen judío. Tratan de hacer de este mundo un lugar mejor
para ellos, sus familia y su prójimo, y aunque no cumplen el primer mandamiento
de “amaras a Dios sobre todas las cosas” si tratan de cumplir y a veces cumplen
a la perfección la segunda parte de “y al prójimo como a ti mismo”. Y para mi
tiene mucho merito, que una persona sea capaz de realizar una labor a favor de
sus semejantes sin esperar nada a cambio, ni reconocimiento terrenal ni
reconocimiento en el más allá, algo complicado hoy en día y en el mundo que
vivimos, que nos encanta ir buscando el reconocimiento y encima el terrenal,
y es lamentable que los cristianos que
se supone que ya tienen un lugar seguro después de su muerte, estén tan
apegados a que en vida se reconozca su labor, cuando siempre hemos debido de
tener en mente que “Lo que haga tu mano derecha no lo sepa tu mano izquierda”
Igual
que tiene mucho mérito aquella persona que como bien dije el otro día, pide
todas las mañanas bendiciones para sus semejantes y desarrollar su vida por el camino de los justos. Siempre he
pensado que si hay personas que no creen no es porque ellos en realidad no
quieran creer, sencillamente nuestro Creador no da puntadas sin hilo y si
decide no manifestarse por algo será. Las personas que creen tienen un don o un
talento concedido por nuestro Padre, ya tienen hecha la mitad del camino,
aunque les queda mucho por recordar, sería como esas personas que tienen todo
en la vida, salud, trabajo, dinero, pocos problemas, que las hay, pocas pero
las hay, puedes acomodarte a esa vida y no pensar que hay personas que necesitan de tu ayuda y
quedarte en tu castillo perfecto y maravilloso mirando en la lejanía el devenir
del mundo o puedes ayudar a las personas que no han tenido esa fortuna en su
vida.
Los
creyentes tienen las mismas opciones, dar testimonio de su creencia entre
aquellos que no lo son pero con respeto y sin petulancia ni creyéndose en
posesión de la verdad y del asiento reservado a la izquierda de nuestro Padre,
o pueden dar un testimonio discreto que sea más con el ejemplo que con la
palabra entre los no creyentes, sin echarles en cara su falta de fe, ni
criticándolos por su falta de entendimiento, porque hay que ser humildes, si
tienes creencias y entendimiento no porque te lo hayas ganado a pulso, así se
consigue en todo caso un título universitario, tienes creencia porque un día el
dedo de Di-s se colocó sobre tu frente y te concedió ese talento o don. Hay
quien dirá que gracias al Bautismo, hay muchas personas bautizadas y como si no
lo estuvieran y muchos que no se bautizaron y gracias a esta iluminación del
espíritu divino siguiendo el camino de los justos han llegado a convertirse en
un verdadero creyente.
Y
este camino de los justos lo vamos recorriendo tratando hacer de este mundo
algo tan perfecto como el que surgió de la mente de Di-os a los 7 días de la
Creación y siempre recordaremos ese momento cada Shabbat con nuestras oraciones.
Por eso no tenemos que actuar solo pensando en la recompensa, ni pensando que
solo los creyentes van a recibirla, ya que si todos somos hijos del Creador, él
será el que decida quien ilumina y quien es justo para merecer el conocimiento
y la sabiduría. Mientras trabajemos en el presente, en la creación que tenemos sin
pensar en un premio en el futuro, que hacerlo así también tiene mucho de
“sangre, sudor y lagrimas”.
SHAVUA TOV
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