Después
de una periodo vacacional con sus subes y bajas de montaña rusa, empieza un
nuevo “curso escolar” tanto para adultos como para niños. Mucha gente lo está
deseando porque empiezan como ellos dicen la “rutina”, mientras otras protestan
por encontrarse con esa rutina otoño-invernal.
Ha
sido un inicio preocupante con las noticias con las que estamos siendo
bombardeados todos los días. Como bien comentaron el domingo, parece que no
ocurre nada bueno en el mundo desde hace mucho tiempo, todas las noticias son
sensacionalistas y malas, y no sabe uno si desentenderse del mundo y centrarte
en tu ombligo familiar o seguir siendo espectador de lo que pasa en el mundo y
estar todo el día angustiada, porque aunque algo podamos hacer, siempre será un
granito pequeño, que junto a otros hace playa, pero agobiar te agobias.
Hablando
con una amiga, o con varias, porque suele ser un tema recurrente, ellas
comentaban lo de vivir al día continuamente sin pensar en un mañana, y más que
vivir al día, es ser conscientes del día en que vives, que creo que hay una
gran diferencia. Si vives al día literalmente, sin planes de futuro por miedo a
lo que pueda pasar, en realidad vives con otro tipo de angustia, porque las
personas que no hacen planes de futuro no suelen tener ilusiones, y aunque a
veces esos planes se trunquen, pero el poder organizarlo también sirve de relax
a nuestra mente y les enseña a nuestros hijos la importancia de organizarse un
poco la vida y luchar por algo que se ve en el horizonte. De la otra manera les
estamos dando tal vez el ejemplo de lo que decían los romanos “comamos y
bebamos que mañana moriremos”, o sea los estamos condenando a lo que
criticamos, la satisfacción inmediata, sin tener más motivación y que a la
larga frustra mas porque esa satisfacción inmediata es “pan para hoy y mucho
hambre para mañana”
En
un mundo continuamente cambiante, que con los años se te hace muy empinada esa
cuesta arriba de los cambios y tienes menos ilusiones o proyectos de cambio que
cuando eras joven, y eso no nos lo deberíamos de permitir, siempre tenemos que
tener la ilusión por hacer algo, porque ese es el motorcillo que nos da
alegría, aunque sean pequeños proyectos que son los que mejor salida tienen,
aunque muchos de nosotros tenemos un gran proyecto entre manos que son nuestros
propios hijos, un gran proyecto y un experimento científico a desarrollar. Y si
ellos no nos ven con ilusiones y deseos de conseguir cosas a largo plazo,
también les contagiamos esa negatividad.
Hoy
es uno de esos días que me va a costar iniciar mi artículo y por eso el título
que mas que “cajón de sastre” es un “baúl de sastre” tiene muchas cosas voy un poco errática, y al final hoy lo voy a dedicar al tema a la situación que está viviendo Europa con la
llegada de los refugiados. Ya que a fin de cuentas, va un poco encauzado en como también organizamos planes de futuro y llega alguien y lo "jode" y a veces comprendo que te den ganas de tirar la toalla y pasar un poco de todo, pero eso sería muy agoista.
En este tema se me me mueve el corazón y las tripas, pero ya sabéis que soy
analista y por lo tanto me gusta llegar hasta el fondo de las cosas y si bien
veo bien que ayudarlos ante todo y me enfrento sin ningún problema a
aquellos que se cierran en banda de una forma categórica a ayudar en esta
situación apoyando su discursos en comentarios racistas y fuera de tono,
sin recordar, que como he dicho antes, en este mundo cambiante los que están
arriba y ahora como las gallinas, se cagan en los de abajo,pero algún día pueden
cambiar de palo.
Pero
a la vez no dejo de pensar que tampoco podemos ser tan ilusos como pensar que
esto es una jornada de puertas abiertas donde puede entrar todo el mundo. Se de
amigos que asi puede que piensen y admiro la lealtad que tienen a sus
principios de solidaridad y acogida, pero creo que no se debe de dar tan
fácilmente carta blanca, por un motivo que creo que es muy razonable, ¿Qué plan
tenemos para una llegada masiva? Podemos acoger familias poco a poco e ir
estudiando sus casos y viendo que posibilidades tienen en una zona un otra de
España, no de puede poner a un ingeniero a trabajar en el campo que no ha visto en
su vida, o a un agricultor que ha vivido en un pueblo soltarlo en una gran
ciudad, sin conocer el idioma y sin otra ayuda que unos pocos euros y en un ambiente
que es hostil y sin poder defenderse adecuadamente. Se que cuando la gente se
está muriendo, como está pasando la necesidad es apremiante, pero pensemos que
le podemos hacer mucho daño, no los podemos meter en centros de acogida de
cualquier manera, o en polideportivos, todos no son iguales, sirios, afganos,
iraníes, que si que a la hora de subirse a una barca de goma y ahogarse todos
son iguales, pero cuando llegan aquí y la cosa se sosiega cada uno tiene su
circunstancia y no se les puede tratar como ovejas todas al mismo redil y ya
tengo la conciencia tranquila. Eso puede dar lugar a guetos como ha ocurrido en
Francia con los argelinos y otras poblaciones de emigrantes, que lo que se ha
logrado es que en la tercera generación que ya debería estar integrada, nos
encontremos a chicos muy radicalizados que son carne de cañón para rellenar las
filas terroristas.
No
digo esa chorrada de que entran miles de terroristas, porque los terroristas
viajan normalmente en primera, tienen dinero para ello, pero algún integrista
puede que se cuele, pero eso está asumido. Ahora si no somos capaces de buscar
una verdadera solución luego nos podemos encontrar problemas insalvables de
falta de integración y de posturas radicales y eso tampoco es algo que se deba de
dejar así a la buena de Dios. Ambas culturas tienen sus cosas buenas y sus
cosas malas, todas tienen puntos de intolerancia y de extremismo, pero al igual
que los extremos se tocan, también tenemos muchas cosas comunes y cosas de
nuestras culturas que podemos intercambiar.
En
estos casos pienso que cuando todo está tan revuelto es mejor buscar un punto
medio que es donde está la virtud y sobre todo lo más importante de todo,
buscar una situación real a lo que está ocurriendo en Siria y en los países del
alrededor, las potencias interesadas en aumentar su poderío económico y con
nuestro propio beneplácito al mirar para otro lado, han sacado los perros de la
guerra a pasear para desestabilizar a estos países y sacar tajada pero cuando
se sacan los perros así o los vientos de la caja de Pandora, luego recogerlos
es muy difícil y además las consecuencias las estamos viendo, movimientos de
población inasumibles por muy buena intención que tengamos. Y me temo que esto
no tiene una solución a corto plazo, ojala la tuviera que firmo ya.
SHABBAT SHALOM